Creemos un personaje, una niña, para explicar la vida de un testigo de Jehová. Pongámosle un nombre bíblico (como es costumbre). Sara (esposa de Abraham). Sara tiene seis años. Cada sábado asiste con sus padres a una reunión (parecido a la misa católica) en la que un hombre, llamado "anciano" (comparémosle con un cura), lleva a cabo un ritual (llamémosle misa), ritual en el que los asistentes tienen un papel relativamente activo. Además, Sara va con sus padres y otros "hermanos" a predicar (ritual del que hemos hablado al principio). Sara no puede jugar con otros niños de su colegio, ya que son "mundanos" y eso no es conveniente para ella. Sus amigos deben ser otros "hermanos", a los que verá en las reuniones que ya hemos mencionado. Llega la Navidad y Sara no puede cantar villancicos en el colegio, pintar árboles o estrellas fugaces o belenes o muérdagos, porque no es correcto, ya que Jesús no nació el 25 de diciembre, sino otro día. Pero no importa el día en que nació Jesús, dice su madre, pues el día en que naciste no debe ser celebrado. Será un día como otro cualquiera, no habrá felicitaciones ni por supuesto, velas que soplar. Tampoco habrá disfraces en Carnaval, ni mona en Pascua, y Sara deberá inventarse cualquier excusa para no asistir a los cumpleaños a los que sea invitada. Sara estudia la Biblia, una "hermana" va expresamente a su casa para prepararla, y que pueda ser bautizada más adelante, en una de las "Asambleas" que se celebran, especialmente en verano, concretamente en Benidorm. Sara tiene que someterse a una operación de apendicitis y sus padres no firmarán el papel por el cual los médicos pueden hacerle transfusiones de sangre en caso de complicación, poniendo así su vida en peligro, porque los testigos de Jehová no toleran ese "intercambio" de sangre, así como tampoco comen morcilla o cualquier alimento que la contenga. Sara no puede fumar, beber o salir con chicos que no "estudien la Biblia", y si resulta que sí lo hacen, no podrá mantener relaciones sexuales hasta el matrimonio, que se celebrará cuando ella cumpla dieciocho años, y se consumará con el primer hijo de la pareja, por lo que ella deberá abandonar sus estudios y permanecer en casa cuidando de su familia como una buena esposa, mientras el marido en cuestión también abandona los suyos para poder trabajar y ser un buen esposo. Este matrimonio no podrá divorciarse bajo ningún concepto, tan solo en caso de infidelidad, y si esto ocurriera, el "culpable" de dicha roptura sería "expulsado" de la Congregación, nadie podrá intercambiar ni una palabra con él, ni él con nadie, hasta que el "anciano" decida el futuro de este alguien. Sara educará a sus hijos de la misma manera que ella ha sido educada, y estos a los suyos, y así sucesivamente, porque si algo caracteriza esta creencia es la "fidelidad" de sus creyentes. Todo ello tendrá un único y valioso objetivo, EL objetivo: poder vivir eternamente en el "Paraíso" cuando todo acabe, cuando llegue ese "fin del Mundo" esperado, un final del que solo se salvarán los "hermanos", aquellos que hayan cumplido todo lo que Jehová ordena. Un final que cada vez está más cerca, un cataclismo que terminara con el planeta.
Cuando todo termine, ellos revivirán, serán jóvenes y fuertes, no habrá enfermedades, los tigres comerán hierba y ningún ser vivo se alimentará de otro... Eso es el Paraíso, la vida eterna.
Este es el perfil de un testigo de Jehová en la actualidad, en el país en el que vivimos. Dejaré que cada uno reflexione y juzgue por sí mismo, yo debo ser totalmente objetiva, y eso he intentado.
Dejaré ahora mi objetividad a un lado. Es difícil vivir con esa soledad, esa incertidumbre de creer que estamos solos en el Universo, abandonados a nuestra suerte, esa incertidumbre de no saber, no saber qué habrá después de la muerte. No es necesario que diga esto, creo que es bastante obvio: la muerte es lo que más preocupa al ser humano. Y digo el ser humano porque los animales no son conscientes de que van a morir, podríamos decir que tienen esa "suerte". Pero ¿qué nos sucederá a nosotros? Muchos diréis muy relajados y tranquilos que al morir os pudriréis en un nicho de granito o vuestras cenizas serán lanzadas al mar, por poner un ejemplo. Pero ahora reflexionad: ¿estáis cómodos pensando eso? ¿No os asusta? ¿No sentís un miedo, un vacío terrible en el cuerpo al pensar en cómo será dejar de existir? De ahí derivan las historias de fantasmas, los Paraísos prometidos o el Cielo o el Infierno o el (nuevo) Purgatorio. Y de ahí derivan también, en gran parte, las religiones. Mucha gente se mofa de las personas "creyentes", de aquellos que creen en un "Alguien" que todo lo ve, de aquellos que "viven para hacer lo correcto y volver a vivir en un mundo mejor", como es el caso del que hemos hablado. Pero ¿qué siente esa gente al pensar en la muerte? ¿Qué se plantea? ¿Con qué se consuela?
Es algo tan complicado que podría convertirlo en una tesis doctoral. La clave está en saber diferenciar entre simple creencia o un total fanatismo. Puedes creer para hacer de tu vida algo más fácil, por proporcionarte esa seguridad tan necesaria; el problema llega cuando vives para ello, cuando "vives para hacer lo correcto y así poder vivir una vida posterior porque esta no vale la pena". Lo cierto es que hagamos lo que hagamos, seamos quien seamos, al fin y al cabo todos tenemos el mismo final; así que tal vez sea preferible vivir lo más felizmente posible, solo "por si acaso", por si acaso ese "Nuevo Mundo" no llega nunca, porque de eso no podemos estar completamente seguros ¿no?
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ResponderEliminarQuiero pensar que usted no ha leído el artículo completo. De lo contrario me veré obligado a pensar que usted se visto nublada por las creencias que dice tener o directamente ha obviado elementos importantes del texto. Usted habla de insultos. Me gustaría saber a que insultos se refiere, porque yo no los encuentro. Sí, Rebeca es crítica. Y lo es primero porque está en su derecho, y en segundo lugar, por su condición de estudiante de periodismo, que le obliga a hacer precisamente esto. Permítame el atrevimiento, pero creo que usted no tiene ni idea de lo que va el periodismo. En este texto lo que se desprende es una visión de un tema, que entiendo que no comparta, pero debe respetar, ya que ella no ha faltado el respeto a nadie. Insisto en que ha habido cosas que no ha leído o no ha querido leer, ya que ella no habla mal de los creyentes (de hecho los defiende en un aspecto), solo critica el fanatismo. Quizás usted debería plantearse si es creyente o fanática. Yo no sé mucho sobre los testigos de Jehová, sí algo sobre periodismo. Usted al contrario. En cambio Rebeca sabe mucho sobre ambas cosas, así que no la coaccionemos, tiene mucho talento (es una pena que leyendo esto no sepa apreciarlo). Y hablando de la felicidad de la gente, dejémosla ser feliz.
EliminarHe leído el artículo al completo, lo he entendido todo, y mi comentario solo Rebeca lo entiende, lo he eliminado para no molestar, porque a usted le parece que he molestado con el, para nada, respeto el mundo del periodismo, y soy la primera que pienso que Rebeca tiene mucho talento, pero ella sabe el porque me ha molestado, pienso que tenía que haber escogido otro tema de tantos como hay sin necesidad de criticarnos, más que nada por respeto a su familia, ella sabe que la quiero mucho y no debería haber sacado ese tema con tantos temas como existen en el mundo del cual hablar, usted mismo lo ha dicho, vive y deja vivir, se feliz y deja ser feliz.
ResponderEliminarNo voy a insistir mucho más. Sigo manteniendo lo que he dicho. Solo decir que ella ha escogido y escogerá el tema que le de la real gana. Y que siga siendo así. Un saludo
ResponderEliminarCuando se conoce el Plan divino de Dios, y recibes la fe, el miedo a la muerte desparece, por eso los cristianos no tememos a la muerte. Ese "Alguien", si no crees, te lo respeto, pero debes tu también respetar, por empezar a El, que es Jehová Dios Todopoderoso, y por supuesto "ve todo", sobre todo tu corazón, por la mofa que pones en Su Palabra. No solo los Testigos de Jehová creen lo que dices, sino todo aquel que ha recibido por fe La Palabra en su corazón. O es que es preferible decir que la vida es un asco, que todos vamos a acabar igual, y que nunca va a haber justicia? Que pena terminar un ser humano su vida con tal desdicha, y sin saber LA VERDAD, que te hace libre, y le da sentido a tu vida. Te invito a que compres una Biblia, y la empieces a leer y a estudiar, si no quieres con Testigos de Jehová, pues con quien quieras que sea cierto que la conoce, y notarás como tu vida, llámalo creencia o fanatismo, lo que tu prefieras, va a cambiar tu sentir, porque es PALABRA DE VIDA, y la vida te da un caminar distinto que es por la gracia de Jesucristo, que murió por ti y eres lo más precioso para el Padre Celestial Jehová y para Su Hijo Jesús, que es "Alguien Maravilloso" que está deseando de que le conozcas y salgas del sueño del error para que de verdad, seas feliz, y sí, va a haber un cambio de sentido en este planeta, y se establecerá la Justicia para todos por igual, siempre que hayas aceptado la gracia de la salvación que recibimos por la muerte de Cristo Jesús, que lo hizo por ti, por mí, y por todos, aunque la intercesión es por aquellos que entren por la puerta estrecha, entregando su corazón a Jesús, o sea, que creemos en el Gran Sacrificio de su muerte que es nuestras salvación y vida eterna, pero no por conveniencia, sino por el amor que Él pone en nuestro corazón que cambia día tras día. Es un matrimonio espiritual para siempre, en el que te libera de todo ese dolor, la incertidumbre, la ira, los celos, las enfermedades y la muerte, con su amor. Crees en el amor? o Tampoco? Compra una Biblia te lo sugiero, y verás el cambio en tu vida, y entonces llámalo como quieras, pero entenderás a todo creyente, y te alegrarás. Un saludo y paz.
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