“España necesita conciencia social sobre
las enfermedades mentales”
Investigadores de la UMH descubren
genes comunes en cerebros de personas con comportamientos suicidas
“Los científicos no
trabajamos por el
dinero, sino por la
pasión y curiosidad
de descubrir”
Un grupo del Instituto de
Neurociencias de la UMH, junto con el Instituto de Medicina Legal de Alicante y
la Universidad de Castilla La Mancha, ha descubierto genes relacionados con la
conducta suicida.
El estudio, encabezado por Jorge
Manzanares (Madrid, 1959), profesor de Farmacia en la UMH, ha investigado
durante siete años sobre cerebros de personas que se han suicidado.
Pregunta. Ustedes han descubierto el
“gen suicida”.
Respuesta. No exactamente. Nosotros
hemos descubierto que una cantidad pequeña del gen Cannabinoide 2 en el cerebro
supone una mayor vulnerabilidad hacia el estrés, la ansiedad y la depresión,
alicientes del suicidio. Por el contrario, una cantidad mayor de ese compuesto
conlleva más resistencia al estrés y la ansiedad.
P. ¿Significa esto que el ser humano
está determinado a padecer depresión de forma genética, de nacimiento?
R. No. El hecho de que este gen se
exprese menos en el cerebro no es una cuestión puramente genética, puede
deberse a las vivencias de las personas. La depresión, el estrés o la ansiedad tienen
un alto componente genético, como todas las enfermedades, pero también un alto
porcentaje ambiental.
P. ¿Cómo afecta este estudio al desarrollo
de nuevos fármacos?
R. Es muy pronto para saber eso. Nosotros
creemos que, si hemos descubierto que una menor cantidad del gen Cannabinoide 2
lleva relacionado un aumento de la ansiedad y la depresión, la solución radica
en crear fármacos para aumentar la medida de este componente.
P. Suena sencillo.
R. Suena sencillo, pero no lo es. Desde
que se descubre algo hasta que se crean productos farmacéuticos transcurren
entre 10 y 15 años y se invierten muchos miles
de millones de euros. Nosotros no
entramos en eso, es tarea de las compañías farmacológicas.
P. En cuanto a la financiación, ¿es
suficiente el presupuesto que otorga el Gobierno a la ciencia?
R. En absoluto. El porcentaje de PIB
español dedicado a la ciencia y la investigación es de un 1%. Está muy por
debajo de la media europea, y en los últimos años se ha reducido entre un 30 y
un 40%.
P. Otro problema grave es la
llamada “fuga de cerebros”.
R. Sin duda. Muchos científicos
válidos se están marchando a otros países. España está llena de jóvenes
capaces, pero la investigación requiere muchos sacrificios a cambio de poca
retribución económica. Los que trabajamos en ciencia trabajamos por pasión,
vocación, por la curiosidad de descubrir algo nuevo, no por dinero.
P. Usted trabajó en la Universidad
de Michigan. ¿Qué diferencias hay entre la investigación en EEUU y en España?
R. Hay bastantes diferencias. La
inversión económica en materia científica es mucho mayor en los Estados Unidos.
Hay donaciones privadas de particulares y empresas, y la población está mucho
más concienciada acerca de la importancia de la investigación
científico-médica. En España no hay conciencia social sobre el tema.
P. Queda mucho camino por recorrer,
entonces. ¿Qué soluciones plantea usted?
R. Sin duda, queda mucho por hacer.
No solo desde el punto de vista de investigación y ciencia, sino de educación y
concienciación social. Necesitamos una
normalización sobre las
enfermedades mentales. Hay personas que consideran a una persona adicta al
alcohol y a las drogas como un sinvergüenza, cuando realmente es una persona
enferma. Si no se reconoce que algo es una enfermedad, ¿cómo puede encontrarse
una cura?
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